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jueves, 14 de mayo de 2009

Eran ya las dos, y mi amo no venia.
Como mi hambre era cada vez mayor, cerre la puerta y puse la llave donde me dijo
Acto seguido me dedique a pedir por las casas, con voz baja y enferma.
Y lo hice tan bien que, antes que el reloj diese las cuatro, ya tenia otras tantas libras de pan en el estomagoy, mas de otras dos ocultas en las mangas y en el seno.
De regreso a casa, pase por la triperia y pedi limosna a las cuatro ya tenian otras tantas libras de pan

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